23 diciembre 2014

Catorce (y van siete)


Otro año que se acaba, a ver si no me va a dar tiempo al final, que como todo van tan rápido no vaya a ser…

Nada que aquí estamos para cumplir con la tradición y desear

FELICES FIESTAS Y UN FANTÁSTICO 2015

que el año nuevo solo traiga cosas buenas, de momento a nosotros nos trae uno más que añadir a la familia. Cambios a lo bestia, pero ya es lo que toca en estos tiempos, a ver si cambiamos las cosas de verdad el año que viene. A ver si tras tanto pisoteo nos activamos todos.

En fin, de momento a disfrutar todo lo que nos dejen y lo que no nos dejen, también.

21 diciembre 2014

Algunos tebeos del '14

De nuevo al cabo del año, y de nuevo mi lista resumen de los tebeos que he ido leyendo este año, que ya es una tradición. Este año hemos mantenido el ritmo y habrán caído alrededor de 230 tebeos, que no está mal, aunque uno tiene la sensación que se ha quedado sin leer todo lo que quisiera, y la seguridad que alguna joya se me haya escapado. Pero ahí va mi lista como de costumbre hecha a trozos y solo teniendo en cuenta como criterio para estar en ella que el tebeo lo haya leído este año. Así que no se basa en las novedades editoriales autóctonas estrictamente, aunque se acerca. Este año haremos selección nacional, europea, y añadiremos 5 americanos (o de las otras colonias) y 5 japoneses. Como siempre el orden no altera el producto, y no están seleccionadas, los números enumeran pero no clasifican. Mis preferencias ya son muy marcadas, que uno es pellejo, pero alguna novedad habrá, y si sirve para que alguien las descubra, miel sobre hojuelas.

Vamos con los tebeos de autores de aquí, ya sean hechos para aquí o para que luego vuelvan aquí. De nuevo sigue el patio por todo lo alto, la producción nacional es más que interesante y está generando unos tebeos estupendos a todos los niveles. Es difícil listar solo diez, cuando podrían ser veinte o treinta sin problemas.


  1. Cuaderno de frases encontradas de Juan Berrio. Un estupendo libro que recoge sus dibujos con frases escuchadas por la calle, es una auténtica delicia, el trazo de Berrio es maravilloso y captar ese instante de conversación de gente corriente pero con un toque de genialidad es fantastico, disfruten de su blog y del libro. Y si no les convence y piensan que esta aquí por fan, prueben con Kiosco otra maravilla con colores de tinta china, sin palabras, una historia que es un canto a la felicidad por lo cotidiano, con la vitalidad y humor del cine de Tati. 
  2. Lo primero que me viene a la mente de Juaco Vizuete. Una historia del paso de la infancia a la adolescencia, con los cambios que ello implica en una España que estaba en la misma situación, finales de los 70 principios de los 80. Poca nostalgia, pero sí memoria, y sensibilidad para tocar los temas, y un dominio del dibujo para captar todas las influencias en la época desde Bruguera al manga. Todo medido, hasta el formato del libro para que la experiencia lectora funcione como un tiro. 
  3. Versus de Luis Bustos, muchas ganas de ver la nueva historia larga de Bustos desde que la anunciaron en la presentación de EntrecomicComics, pura furia y cinética al servicio de esta adaptación de un relato de Jack London, sobre la lucha diaria y sobre aceptar el paso del tiempo. Un dibujo espectacular, y de nuevo una de esas ediciones donde hasta el tacto de la portada está pensado. 
  4. Las meninas de Santiago García y Javier Olivares. Si no el tebeo seguro uno de los tebeos del año. Fantástica historia sobre Velázquez y como un artista afronta la creación de una Obra Maestra en mayúsculas y lo que significa crear una obra de esas características. Un guión con una estructura que sólo puede funcionar en forma de tebeo y un Olivares desatado en su estilo. Se va a llevar muchos premios, merecidamente. 
  5. Inercia de Antonio Hitos. El premio Fnac/Salamandra de este año, joven autor que lo peta con esta historia sobre la juventud de hoy en día, tiempos de crisis y la forma de afrontarla, o de no afrontarla. Un dibujo geométrico, limpio , un planteamiento de página excelso, todo para una reflexión generacional demoledora. 
  6. Murderabilia de Álvaro Ortiz. Muy fan de Álvaro, así que ya está, no haría falta añadir más. Hay algo que me funciona en las historias de Álvaro, una sintonía o algo. Pero claro, es que el tebeo es bueno, evolución de continuidad con Cenizas, pero en este caso con una historia más negra, sin abandonar su tono de comedia, con su estilo amable y su paleta de colores pastel. Gatos, ritos paganos, moteles, asesinos y sexo, le sale una historia que no se puede dejar de relacionar con las películas de los Coen. 
  7. Fútbol de Santiago García y Pablo Ríos. Tratar un tema tan popular y que sin embargo no se ve tan a menudo en los tebeos y reivindicar así que se puede tratar cualquier tema como en cualquier otro medio. Santiago, que parece que este año haya hecho todos los tebeos, hace aquí un original guión donde mezcla anécdotas reales con ficticias, creando la duda, y haciendo del fútbol la excusa para hablar de lo humano, de la vida. Y Pablo disfrutando del tema y haciendo un planteamiento narrativo que hace que todo funcione. Tebeos de fútbol, tebeos de cualquier cosa, claro que sí. 
  8. Problemas del Primer Mundo de Laura Pacheco. Recopila las viñetas de humor que publica online, primero en su web, luego para el País. Así en papel y seguidas ganan una continuidad. Laura tiene una gracia especial para captar el humor de lo absurdo de muchas situaciones que nos ocurren a todos todos los días. Y además la edición es bonita, la portada, el papel, el tamaño, no hace falta mucho cartoné y tamaños gigantes para editar bien un tebeo. 
  9. Yo, asesino de Antonio Altarriba y Keko. Una historia muy negra, sin fisuras y sin lugar a la sonrisa, perfecto para las sombras negras de Keko, el único color que aparece es el rojo de la sangre, para otra contundente historia de Altarriba, un asesino en serie por puro arte, pero también crítica social, crítica al mundo académico, opiniones sobre el conflicto vasco, y mucha reflexión. 
  10. No Option de Pep. Un festival de color, un puro delirio pop, con cantidad de historias de space opera loca, con chamanes, clones, resistencia, robots, nazis, guerreros bárbaros. Todo sin palabras, porque no hacen falta para dejarse llevar y simplemente disfrutar. Tebeos en grapa como los de antes, con historias trepidantes, y mucho color.
Son estos, pero ya digo cada vez más difícil seleccionar el producto nacional, tanto y tan bueno.  Podría cambiar cualquiera por otras cosas. Por ejemplo la edición integral de Torpedo de Enrique Sánchez Abulí y Jordi Bernet, las mejores tintas negras para la violencia y humor negro de este personaje patrimonio del cómic nacional. También es humor negro el Tengo Hambre, de nuevo Santiago García con un Manel Fontdevila desatado al pincel. Pero si buscamos color, ahí está Dream Team de Mario Torrecillas y Artur Laperla, una historia de barrio optimista y colorista, O La casa azul de Tyto Alba, con la vitalidad de la vida de Frida Kahlo y Chavela Vargas, y el Polo Sur de Alexis Nolla y su personal y clara aproximación a la expedición de Scott. Más jóvenes, Sandia para cenar de Javi De Castro, color de chicle para una historia con sorpresa y un autor que va a dar mucho, o La soga de Zer, adaptación pictográfica de la película de Hitchcock, que se me pasó en su momento pero hemos solucionado. Autores más conocidos son Jaime Martín y las historias de la mili africana de su padre en Las guerras silenciosas, o la segunda parte de las Historias del Barrio de Gabi Beltrán y Bartolomé Seguí, mejores incluso que la primera parte. Y si hablamos de reediciones el Pulgarcito de Jan, no es que sea nostalgia, es que son unas historietas que aguantan el paso del tiempo y siguen siendo frescas e interesantes, y es Jan, y es su época más gloriosa, además la restauración del color está hecha con criterio. O el Dieter Lumpen de Jorge Zentner y Rubén Pellejero, aventuras llenas de color y fantásticas onomatopeyas, no es casualidad que Pellejero sea el elegido para el nuevo Corto Maltés. Y así podría seguir.

Pero sigamos por los tebeos de autores del resto de Europa, este año con menos presencia de obras que no se puedan encontrar por aquí. Pero alguna de esas ha caído. Aún me sorprende como todavía hay cosas que tardan tanto en llegar, sobre todo si uno se sale de los mercados americano o francés. Parece que ir a buscar directamente a países como Alemania, Italia, sin que antes hayan pasado por Francia, es difícil para los editores, pero diría que ese paso de adelanto será más que necesario en breve. Y no solo con esos países.


  1. Vampir y L’amour de Joann Sfar. Una debilidad por Sfar, por su dibujo libre, por sus acuarelas, y haber visto Vampir editado con primor íntegramente ha sido un placer, un tebeo con los temas de siempre de Sfar; el amor o el sexo, la sensualidad, la búsqueda de la felicidad, la vida es eso que pasa mientras se busca el amor, pero si encima estás muerto y eres un vampiro. Pero si no hay suficiente con esta dosis, pues nada, nuevo tomo de Klezmer, que también bien. Pero si han de empezar con Sfar el vampiro es una buena opción. 
  2. Hilda and the Black Hound de Luke Pearson. Desde que descubrí a Hilda ando enamorado de este personaje de cómic infantil para todos los públicos, Pearson ha creado ya un nuevo clásico. Ahora ya han aparecido en castellano de mano de Barbara Fiore, así que no hay excusas para disfrutar de seres fantásticos, leyendas y un personaje femenino adorable. 
  3. Cowboy Henk de Herr Seele y Kamagurka. Esto es simplemente un clásico del cómic international. Y afortunados que al fin podamos ver este fenómeno flamenco del humor por aquí. Surrealismo, escatológia, siempre buscando el gag, y creando un universo propio en el que si entras es imposible escapar a su endiablada lógica. Básico. 
  4. Cuadernos Rusos de Igort. Igort quería hablar de la Rusia actual y al final se encontró con más de lo que esperaba, y sobre el asesinato de Anna Politkóvskaya, y testimonios de veteranos de la guerra de Chechenia destripa la Rusia actual, con total crudeza. Una lectura que te deja tocado, como debe ser. 
  5. Degenerado de Chloé Cruchaudet. Basado en una historia real, un desertor de la 1ª Guerra Mundial que para escapar del ejército se disfraza de mujer, y eso le acaba por transformar totalmente en el Paris de los locos años 20. Fantástica historia y el dibujo acompaña, se ganó el reconocimiento en Angouleme. 
  6. Los últimos días de un inmortal de Fabien Vehlmann y Gwen de Bonneval. Diría que el tapado de la temporada, pero Vehlmann crea una historia de ciencia ficción con regusto clásico y con mucha inteligencia que es de lo mejor del género que leído este año. 
  7. En silencio de Audrey Spiry. Un viaje de verano una pareja se encuentra con otro grupo de veraneantes en lo que va a ser una excursión de barranquismo, y una excusa para que veamos las relaciones personales de los distintos personajes. Pero sobretodo es un festival de color en los que consigue meterte en la excursión, dentro de la misma agua. 
  8. Cosmicómic de Amedeo Balbi y Rossano Piccioni. Cómic divulgativo, bien hecho para explicar el descubrimiento de la radiación de fondo y su implicación en el Big Bang, aunque formalmente no sea espectacular, el tema está tratado de forma que engancha. Y no es el único tebeo de divulgación que nos ha llamado, y bien que salgan más cosas como Neurocomic de Matteo Farinella y Hana Roš, una interesante introducción a los mecanismos biológicos del cerebro, y Pseudociencia de Darryl Cunningham, con un particular dibujo que consigue hacer funcionar para dar argumentos pro-ciencia anti-charlatanes y creyentes. 
  9. Arsène Schrauwen de Olivier Schrauwen. Tebeón, loco, nos ha vuelto loco como tuerce y retuerce todo, las viñetas, el dibujo, las páginas, la tipografía, el uso del color a dos tintas. Una absoluta locura, una genialidad. Cuenta la historia de su abuelo que viajó al Congo para trabajar, pero esta todo lleno de sueños y situaciones surrealistas. Y como lo cuenta todo, es el glitch del cómic, es de nuevo coger la tradición y decir mira, se sigue pudiendo hacer cosas nuevas con esas herramientas, es tantas cosas. Es fundamental y estamos deseando leer la tercera parte, y cualquier cosa que haga. 
  10. Terry la revista editada por Fulgencio Pimentel. Trampeando un poco ,porque los contenidos que tiene podría ponerla en nacional, en europeo, en americano, en japonés, en cualquier parte del mundo. Pero la ponemos aquí, porque solo por las páginas de Grises de Olivier Schrauwen ya lo merecería. Porque solo por ver el Hrmf! de Sindre Goksøyr en castellano ya lo merecía. O por ver más páginas de Bendik Kaltenborn. Pero es que están todas juntas, y además Jim Woodring, Michael DeForge, Simon Hanselmann, Sammy Harkham, Seiichi Hayashi e incluso de aquí los Bravú, Peter Joaio, Rayco Pulido… Fundamental para leer los tebeos más innovadores.
No están en la lista, pero si no las hubiese leído ya anteriormente, antes de que llegasen traducidas por aquí, deberían estar en la lista sin duda: La gigantesca barba que era el mal de Stephen Collins, (recomendación absoluta), La Enciclopedia de la Tierra Temprana de Isabel Greenberg, La Entrevista de Manuele Fior, Unahistoria de Gipi, El Gato Perdido de Jason. Todas ellas estabán en las listas de años anteriores. Y como ya somos fans igual pasa lo mismo en el futuro con Some Comics the Stephen Collins, sus divertidas tiras para The Guardian. O con Legends of the Tour de Jan Cleijne, un repaso a la historia del Tour que tenía ganas de ver en cómic, y que se podría haber hecho aquí siguiendo el libro de Ander Izagirre, pero que se ha hecho en Flandes. También podrían estar en la lista tranquilamente Planeta Tierra de Asha Franz, un extraño encuentro en la tercera fase hecho a lápiz que habla más de las mujeres de hoy en día que de los extraterrestres. y No puedes besar a quién quieras de Marzena Sowa y Sandrine Revel, y su visión de la persecución de la inocencia en el regimen estalinista. Y como no, siempre Lewis Trondheim, una debilidad que siempre se me hace poco, este año esa historia de fantasia trepidante que es Ralph Azham. Pero a falta de más Trondheim tenemos a Pimo y Rex de Thomas Wellmann, aventuras llenas de color y hedonismo. También soy fan del alemán Flix, y me alegró poder leer su versión de Don Quijote, con toques ecologistas y alegória del Alzheimer. Y siempre es un gusto leer a Étienne Davodeau, en Rural como un pionero del cómic documental, sobre la pérdida de la Francia rural, y en El perro bizco, en su lado de ficción contando como nadie la vida de gente corriente, en este caso como encargo del Louvre. Y más ciencia ficción buena y bella, el final de Aama de Frederik Peeters.

Vamos ahora al tebeo de origen americano, o de sus cercanías por influencia cultural. He de decir que sigo sin seguir mucho el mainstream americano, hace tiempo perdí la pista de tantos superhéroes, y aunque alguno leo de vez en cuando, no he estoy puesto en el tema. Así que teniendo estos gustos en cuenta tenemos:


  1.  Hechizo Total de Simon Hanselmann. Que no es americano, es australiano, vale. Pero qué más da. Humor malsano, drogas, bromas de mal gusto, sexo entre brujas y gatos, y otras salvajadas en bonitos colores. Una revolución de lo que era la tradición del más puro underground americano. 
  2. El bus de Paul Kirchner. La recuperación de estas tiras de la Heavy Metal americana, un humor surrealista sin palabras, siempre relacionado con el bus y sus paradas, desbordando imaginación. 
  3. Sugar Skull de Charles Burns. La conclusión de esta trilogía que es un homenaje a Tintín, la parte onírica toma pleno sentido una vez se desvela del todo la trama del mundo real. Burns es fantástico, y hay que releer la trilogía completa más de una vez de tantas cosas que tiene. 
  4. Aquel verano de Jillian y Mariko Tamaki, con apellido japonés y un estilo que recuerda mucho al manga, una historia sobre el paso de la adolescencia a la edad adulta, a través del cine de terror, de los problemas de adultos, y el sexo, con sensibilidad femenina. Un acierto al pleno sobre todo para el público target. 
  5. Battling Boy de Paul Pope. Paul Pope dibuja muy bien, ya tenemos eso ganado. Además crea una historia para recuperar el público joven al mundo del comic, creando una aventura trepidante con héroes, villanos, monstruos la mar de entretenida. Y tiene una precuela en Aurora West dibujada por David Rubín. Todo suena muy bien.
Por el mismo motivo que antes hay dos grandes ausencias en la lista: el Fabricar Historias de Chris Ware, que simplemente es una obra maestra que trascenderá en el tiempo; y La Gran Guerra de Joe Sacco, 7 metros de ilustración narrativa para perderse en ella. Otros que no están en la lista pero podrían estar es cualquier obra de los hermanos Hernández, este año destaca la memoria de la infancia de Beto en Tiempo de canicas, o la sorpresa que ha sido Peter Bagge contando la biografía de Margaret Sanger en La mujer rebelde. Otra biografía interesante la Andre the Giant de Box Brown, la vida de esta leyenda del wrestling que en nada saca por aquí Astiberri. Tampoco creo que no acaben traduciendo The Wrenchies de Farel Dalrymple, un dibujo muy bonito, del que a veces abusa perdiendo el hilo por lucirse, para una historia de ciencia ficción postapocalíptica para adolescentes.

Vamos con el manga. Ay, el manga, con lo que me gusta y sin embargo este año me he despegado un poco del tebeo japonés, no sé muy bien porque, falta de atractivo en lo publicado, sagas demasiado largas, en fin, que han bajado el número de lecturas niponas. A ver si esto cambia en el futuro.


  1.  Sunny de Taiyo Matsumoto. Hemos seguido con la edición en inglés de Matsumoto. Me gusta mucho y esta historia coral sobre niños en un hogar de acogida me tiene atrapado. Pero es que además el impresionante dibujo de Matsumoto sigue evolucionando número a número, como para no caer en él. 
  2. Yotsuba de Kiyohiko Azuma. Un nuevo tomo de Yotsuba, eso siempre esta entre lo más destacable del año, leer este tebeo transmite paz, alegría, armonía, cualquier cosa buena a través de las aventuras de descubrimiento de esta niña de pelo verde. 
  3. I am Hero de Kengo Hanazawa. Ha tenido algún altibajo, a riesgo de convertirse en otra historia de zombies más, pero seguimos manteniendo la esperanza en cuanto a Hanazawa le da por meter más costumbrismo y peculiaridades de lo que es la sociedad japonesa. Y zombies fuera del canon. A ver dónde nos lleva. 
  4. Opus de Satoshi Kon. Planeta va recuperando los clásicos del este autor desaparecido, un manga de los 90, y eso es bueno, esa ciencia ficción, en Opus con tema metalingüístico. También en Seraphim. Lástima que muchas sean obras inconclusas, porque Kon era muy bueno. Y teniendo en cuenta que colaboró en Akira con Otomo, ya solo eso lo hace fundamental. 
  5. Solanin de Inio Asano. Que bien dibuja Asano, como crea un personaje principal particular, del que te puedes enamorar. Y luego como hace esas historias agridulces, como maneja el melodrama de una forma tan efectiva, que consigue llevarte donde quiere. En este caso contando una historia sobre lo jodido que es tener que decidir hacerse adulto.
Y no se si muchas más cosas, el final de Thermae Romae de Mari Yamazaki y su curiosa comparación histórica entre los baños de la antigua Roma y el Japón actual. Y seguimos con Urasawa, intrigados por donde nos quiere llevar girando y girando con Billy Bat, y viendo sus obras de los noventa. Y no ha faltado tampoco la dosis de Jiro Taniguchi. Pero lo dicho, falta esa novedad que sorprenda y enganche.

Y al final siempre dejo un poco a parte el tema webcómic, este año lo transformaremos en cómic digital, que seguro en un futuro será también parte del todo, pero de momento ya me va bien separarlo para meter más cosas. Y en cuanto a tebeo digital dos flashes fundamentales. Primero, el Orgullo y Satisfacción. Tras la censura del Jueves, los autores que salieron crearon esta revista de humor sátira política en la que hemos podido ver los mejores tebeos y viñetas de humor. Nada como que unos autores que están finos, finos, además estén cabreados. Más vale que se hagan suscriptores, que con los tiempos que corren perderse sus certeras reflexiones sería una lástima. Ya hemos visto historietas antológicas. Segundo, la sorpresa de Panel Syndicate, a punto de acabar ya la recomendable Private Eye de Brian K. Vaughan, Marcos Martin y Muntsa Vicente, saltó la sorpresa con Universo! de Albert Monteys que se hace un tebeazo de ciencia ficción con su toque de humor, y su genialidad para crear personajes, máquinas. Todo para petarlo. A lo mejor no lamentamos que dejará el Jueves. Y si eso fuera poco y quieren papel ahí están 23 fotogramas por segundo y Misterios Comestibles para echarse unas buenas risas. Y más webcómic o tebeos o lo que sea que pueden ver desde su navegador, las cosas más alternativas que van saliendo de diversos autores en Tik Tok, muy interesantes. Y sin repasar mucho mis feeds y tumblrs y tal, mentar a Jordi el mosso d'esquadra sensible, para entender la idiosincrasia esquizofrénica catalana de hoy en día. Y el humor de Leandro Barea, del que ya he retuiteado más de uno y dos chistes.

Y ale, basta de brasa. Otra lista ya lista. Que no sé que utilidad tendrá a parte de mostrar mi gran inutilidad para escribir sobe ello. Ahora me vuelvo a leer tebeos que todavía tengo pendientes y ya si eso luego lo tuiteo.