26 diciembre 2015

Algunos tebeos del '15


De nuevo al cabo del año, toca la tradicional lista de tebeos a destacar de entre mis lecturas durante el 2015. Este año quizás hayan sido algo menos de doscientos los tebeos que hemos leído, y es que ha caído algo el ritmo, circunstancias de la vida, que no dejan tanto tiempo (o nada) y no hay tanto presupuesto, en parte a que el precio medio de los tebeos ha subido bastante tirando a mucho, consecuencia de la novela gráfica, la tomificación del medio, y el tener que compensar el reducido número de las tiradas. En fin, que como de costumbre hemos leído unos cuantos, pero seguro nos hemos quedado con ganas de más, y cosas que se han quedado en las librerías, que uno no da para todo, y siguen sin subvencionarme el vicio. Otro asunto es cómo complica hacer la selección anual el hecho que cada vez más los platos fuertes de las editoriales se reservan para el fin de año, apuntalándose en la campaña navideña, cosa del cambio del público y la presencia comercial de los tebeos. Tema que se nota también en la acumulación de acontecimientos comiqueros en el final de año, en lo que parece ha sido una caída de la importancia que tenía el salón del cómic de Barcelona, y su proximidad al día y ferias del libro, al menos en lo que a novedades se refiere. En fin, que como son las cosas, y como me gusta mi lista en diciembre, pues a lo mejor se nota a faltar alguna joya, pero no me habrá dado tiempo a leerla, o no ha caído bajo mi radar, y en fin, será por tebeos. Como siempre la lista es totalmente subjetiva (obvio), se basa en mis lecturas, y se ha leído lo que se ha podido.

El resto, como de costumbre, lista numerada pero sin clasificación, 10 títulos de autores nacionales, ya sea para una producción interna o para importarla más tarde. Otros 10 títulos de procedencia europea, y dejamos 5 para los americanos (o cercanos) y 5 para los mangas. No se esperen muchas sorpresas, porque leo lo que leo, mis filias son más que claras, y no está el tema para experimentos con gaseosa (aunque nos gustaría). Pero vamos, que lo de siempre, que ya son unos cuantos años repitiendo, y solo hay que ver las listas de otros años para ver de que pie cojeo. A parte que creo ya se ha creado una generación de autores en torno a la novela gráfica que son como valores seguros y que no suelen fallar con sus propuestas.

# Nacional

Así que al tema, primero los nacionales, cada año más complicado, porque la producción es muy amplia, la calidad media también es alta, aunque quizás este año no haya ese tebeo que destaque sobre todos los demás de forma clara como otros años, a no ser que…


  1. La Casa de Paco Roca. Paco Roca está a otro nivel, no es casualidad que sea la punta de lanza del nuevo tebeo nacional, obra que hace obra que destaca. En este caso con una historia personal, pero que sabe hacer universal, con un retrato generacional que llega a todos. Y además lo hace como siempre investigando con el medio y desarrollando recursos para jugar con el formato apaisado para captar la atención del lector. La casa lo tiene todo, tanto el que como el como para destacar sobre el resto de producción. Como de costumbre.
  2. Rituales de Álvaro Ortiz. Aquí somos muy fans del trabajo de Ortiz, así que cualquier cosa nos va a parecer bien. Pero si encima hace una cosa que continúa sus últimos trabajos (en lo que podría ser una trilogía), pero que les da tres vueltas y media, incluye autobiografía, se atreve a poner cualquier tema que le interese, desde la Caravaggio hasta jugar con los cósmicos primitivos o Hitler, y encima hilvanarlos para causar la estupefacción del lector. Su trabajo más redondo, y además es un tipo majo.
  3. Barcelona los vagabundos de la chatarra de Jorge Carrión y Sagar Fornies. Menudo reportaje de investigación han hecho Carrión y Fornies, pinchando hasta el hueso con su retrato de esas personas invisibles de la ciudad. Y que bien ha adaptado Fornies su estilo y su versatilidad para adaptarse al relato de Carrión. Trabajo periodístico de primera.
  4. Lo que me está pasando de Miguel Brieva. El primer trabajo de narrativa extensa de Brieva, en la que no ha dejado la crítica social de lado, pero le ha dado el tono de fábula larga contundente con la crisis y los tiempos que nos rodean con su estilo virtuoso, y un final optimista, al fin y al cabo.
  5. Quartznaut de Àlex Red. Las nuevas generaciones, una historia de multiuniversos, misterios, historias dentro de historias, llena de color de personajes curiosos y mucha influencia de los videojuegos.  Muy disfrutable y con un dibujo que llama hasta a los niños de 2 años.
  6. Ötzi. Por un puñado de ámbar de Mikel Begoña e Iñaket. Que bien que pueda haber este estilo de historias hechas desde aquí, un relato que se inspira en la momia de Ötzi encontrada en los Alpes para inventarse la historia que lo puedo llevar hasta allí y retratar las tribus de la edad del bronce.
  7. Las aventuras de Joselito de José Pablo García. Nunca pensé que la historia de la vida de Joselito pudiese interesarme, pero no solo es apasionante sino que García consigue explicarla de forma que te atrape y jugando con mil homenajes a la historia del cómic para enmarcar temporalmente y temáticamente las experiencias vitales del personaje. Virtuosismo.
  8. El mundo a tus pies de Nadar. Contundente, así es el retrato generacional que consigue plasmar en tres historias Nadar, un maestro de los diálogos que consigue recordarnos que la crisis sigue aquí y que las consecuencias las paga la gente corriente, aquellas pequeñas historias que quedan sepultadas en los grandes números y estadísticas de las noticias.   
  9. El chico del antifaz de Alexis Nolla. Una pequeña maravilla de Nolla, un nuevo giro a lo que iba siendo su producción, una mezcla de Pulp clásico, cinética manga, tramas, unas gotas de Bruguera para crear una historieta de aventuras y posthumor sorprendente
  10. Piso el barro, barro el piso de Juan Berrio. Debilidad personal, cualquier cosa de Berrio siempre va estar por aquí, aunque sea un simple divertimento, que de simple nada, juegos de frases encadenadas ingeniosos con ese dibujo sencillo, pero que todo junto depara sonrisas y optimismo por las cosas más sencillas de la vida. Soy fan.

Pero que hacer una lista de 10 es bastante complicado, y es que hay muchas más cosas como el García de Santiago García y Luis Bustos o como se puede hacer entretenimiento local sin complejos, y Santiago García, el hombre que lo hace todo, también tiene en Yuna con Juaco Vizuete una buena historia de ciencia ficción clásica. Más ciencia ficción llena de colores pop el No Option de Pep Pérez que sigue siendo muy recomendable. O el homenaje a los revolucionarios que ha hecho Alfonso Zapico en la Balada del Norte. También han llegado al fin los oníricos Episodios Lunares de Martín Romero. Más alucinógeno el Souffle de Cristian Robles. Y hemos disfrutado del regreso de un clásico noventero con el Mondo Lirondo Returns de la Peñya. También hemos reído con la versatilidad de Kiko Da Silva en el Infierno del dibujante. Y con el humor absurdo y las vidas patéticas de La vida se escapa de Joaquín Guirao, o más absurdo y cruel el autoeditado Zonzo de Joan Cornellà. José Domingo nos ha hecho disfrutar con los peques buscando monstruos en Pablo & Jane. Y de nuevo un contundente ejercicio de estilo ejecutado por Marcos Prior en Necropólis. Y que bonitas las acuarelas que se nota ha disfrutado dibujar Tyto Alba en Tante Wussi. Y claro siempre Jan, con su Superlópez y su Pulgarcito. Y muchas cosas más, estamos ante una fantástica época en cuanto a la creación de tebeos nacionales. Y que dure.

# Europeo

Vamos ahora con la selección de europeo. Que tampoco ha sido sencilla, llegan cosas buenas, dos o tres cosas que son impresionantes, pero hay tanto, que no se puede con todo. En este aspecto se nota como las editoriales de tebeos son cada vez más especializadas, en unos nichos con estilos, géneros o lectores muy específicos. Se ha fragmentado el mercado y las editoriales son pequeñas y muy selectas, quedan pocas con intereses más amplios. Eso obliga a ampliar la oferta, y eso es bueno para el lector. Y aún así hay mucha joyita todavía por llegar. Pero vamos con lo que me ha llamado más la atención.


  1. El árabe del futuro de Riad Sattouf. Fantásticas las memorias de la infancia de Sattouf, en cuanto son la imagen de un niño del mundo árabe de los años 70-80, no siendo amable ni objetivo, como debe ser la mirada de un niño, pero si cargadas de crítica y humor, sin la necesidad de ser correcto, cosa que ha creado cierta polémica en los que no acaban de ver las intenciones del autor, lejos del buenismo imperante.
  2. Sr. Esperanza de Tommi Musturi. Una sorpresa de este versátil dibujante y diseñador finlandés, que con una línea clara espectacular hace un tebeo muy a lo Ware, una reflexión sobre el amor y la soledad con un toque de humor nórdico que es muy de mi gusto.
  3. El loro de Frida Kahlo de Jason. Somos fans, así que no puede fallar, en esta ocasión con una recopilación de historias cortas llenas de surrealismo, humor, minimalismo y referencias pop marca de la casa. Tan pop! que lo hemos podido acompañar del libro de ilustraciones Pop!, lleno de retratos y juegos con personajes de la cultura popular.
  4. Ralph Azham de Lewis Trondheim. A falta de más Mazmorra (acabada ya en Francia, aquí ya veremos) suerte tenemos que Trondheim siga disfrutando haciendo cómic de fantasía comercial. Con su humor su habilidad para crear tramas trepidantes en las que suceden nuevas cosas continuamente, y su habilidad para retorcer el género de forma siempre original.
  5. Los sucesos de la noche de David B. Los fantásticos dibujos de David B., siempre llenos de personajes casi como cenefas para explicar los misterios esotéricos de París. Casi nada. Y si no hay suficiente también es muy interesante la serie juntoa a Jean-Pierre Filiu que explica la historia de conflictos entre los Estados Unidos y los países de Oriente Próximo en Los Mejores Enemigos.
  6. Recuerdos del imperio del átomo de Thierry Smolderen y Alexandre Clérisse. Una historia de ciencia ficción clásica, con unos diseños homenaje a los años 50 que dan gusto solo verlos. Una delicia gráfica jugando con el género.
  7. Antares de Leo. Más ciencia ficción de corte clásico. La mejor space opera que se puede leer en la actualidad es la que va creando con los años Leo, lleno de sentido de la maravilla, aventuras, protagonistas femeninos fuertes y unos diseños de bichos extraterrestres increibles.
  8. Yo René Tardi, prisionero de guerra en StalagIIB de Jacques Tardi. Tardi es un clásico grande, Tardi retratando todo lo que hay de malo en la guerra es siempre más que recomendable. Aquí además lo hace usando los recuerdos de su padre en la Segunda Guerra Mundial, en esta ocasión su regreso tras ser prisionero de guerra. Un brutal testimonio de lo que no debería volver a pasar en Europa.
  9. La Máscara de Franquin. Que buena noticia que haya vuelto Spirou al mercado español, y que podamos disfrutar de títulos como el Botones de verde caqui de Schwartz y Yann. Pero sobretodo porque podemos volver a ver los dibujos de Franquin, y eso no es pecata minuta. Maravilla, si Spirou es lo que es en gran parte responsabilidad de Franquin, y cualquier cosa suya es un must.
  10. Me gustas mucho de Bendik Kaltenborn. De nuevo el humor absurdo del noruego, con su estilo libre, su mala leche y su martillo demoledor. Ahora ya no es un desconocido, pero sigue siendo sorprendente.

Y más cosas, claro, muchas más. Cualquier cosa de Nicolas Mahler siempre es recomendable, y su Alicia en Sussex no lo es menos. O el oscuro cuento para adultos que es Preciosa Oscuridad de Fabien Velhmann y Kerascöet. El retrato de las bandas del Bronx en Ghetto Brother de Julian Voloj y Claudia Ahlering. Y el recuerdo de la caída del muro en Arenas movedizas de Kitty Kahane, Alexander Lahl y Max Mönch. Pero también las cosas que no han llegado todavía, como el tierno Soppy de Philippa Rice. Las aventuras sin palabras de Le Jour le plus long du futur de Lucas Varela o la poesía de Sens de Marc-Antoine Mathieu. Los misterios cuánticos de Il segreto di Majorana de Silvia Rocchi y Francesca Riccioni y los tebeos superventas en Italia de Zerocalcare.

# Americano

Vamos con los tebeos americanos. Uno piensa en superhéroes y mainstream, pero poco leo de ellos ahora mismo. Falta de tiempo, y a veces de ganas, aunque hay cosas en los márgenes que valen la pena, algunos títulos de Image, y a veces es la única forma de ver como se lucen muchos autores de aquí. Sin embargo nos quedamos en otras cosas del continente del otro lado. Y las hay impresionantes.


  1. Aquí de Richard McGuire. ‘La vida tiene el don de rimar momentos’ una frase que resume lo que es la maravillosa filigrana que ha hecho McGuire en Aquí, llevando los cómics a otro plano con una filigrana poética que será un punto de inflexión en los tebeos y donde se cierran algunos círculos de influencias. Imprescindible.
  2. Chapuzas de amor de Jaime Hernandez. Los trabajos de los Hernandez también suelen ser imprescindibles. En este caso Jaime llega a un punto álgido en la saga de Locas, tras años de seguir toda la experiencia vital, llega el momento de un relato de amor maduro, con una maestría narrativa inmejorable, que da una lección de cómic que da justo en la diana del público que ha ido creciendo y madurando a la par que los tebeos de los Hernandez.
  3. Por sus obras le conoceréis de Jesse Jacobs. Una obra llena de detalles camuflada en forma de gamberrada, un tebeo de primitivos cósmicos, con seres más allá del entendimiento humano creando universos como juego, como arte y mucho sentido del humor.
  4. Tungsteno de Marcello Quintanilha. La primera novela gráfica (o eso) de este brasileño, es un thriller trepidante, una historia que pasa en pocas horas, bajo la luz y el sol de Salvador de Bahía, con sus giros y cantidad de personajes cada cual con sus problemas y todos entrelazados. Brillante.
  5. The comic book story of beer de Jonathan Hennessey, Michael Smith y Aaron McConnell. Todavía no publicado aquí, pero un cómic sobre cerveza no podía faltar en mi lista. Y me ha sorprendido porque el dibujo de McConnell es muy clásico, pero 100% efecto a la hora de poner en imágenes el relato de la historia de la birra, además con todo el rigor y completitud que me ha sorprendido. Excelente cómic divulgativo. Superventas en los USA.

Y podríamos añadir los cuentos terroríficos de Cruzando el bosque de Emily Carroll. Más nihilismo cafre de Bahía San Búho del australiano Simon Haselman. O la frescura generacional de dilemas de madurez de la Ladronzuela de Michael Cho.

# Japonés

Y para el final como de costumbre el manga. Ha habido movimiento tras la desaparición de Glenat-EDT, veremos como se asienta la cosa, pero parece que pasada la tormenta, vuelve a haber espacio para publicar cosas más arriesgadas, y lo vamos a disfrutar.


  1. El hombre sin talento de Yoshiharu Tsuge. Esto es simplemente una obra maestra del cómic. Y ya está. De esas que te deja pensando, y que no se te va de la cabeza en meses. Aparentemente sencilla, un dibujante que decide vaguear vendiendo piedras al lado del río, pero debajo de eso hay tanto, pero tanto. Imprescindible.
  2. Kitaro de Shigeru Mizuki. Recientemente fallecido esta leyenda del manga es actualmente mi autor preferido de manga clásico, por su forma de dibujar, por esos personajes carismáticos, por como cuenta sus historias de monstruos, como recupera e incluso crea el folklore japonés, y sobretodo por su vitalidad que transmite en todas las páginas. Kitaro son cuentos de terror que pueden leer los niños y los mayores. Y son fantásticos.
  3. Sunny de Taiyo Matsumoto. Un fijo de la lista, que seguimos leyendo en inglés, aunque este año ha aparecido el primer número en castellano. Su dibujo es raro para los estándares del shonen actual, y sus historias de la infancia en el hogar de acogida son una delicia en el trato. Para ver la evolución del autor y como la infancia incomprendida es uno de sus temas centrales también se puede acercar uno a Gogo monster.
  4. Dead Dead Demons Dedede Destruction / Buenas Noches Pun Pun de Inio Asano. Dos series del autor de moda, ambas con una temática relacionada. Pun pun es la anterior ya conclusa, donde mezcla el drama costumbrista de la infancia con toques surrealistas, siendo el protagonista un garabato de un pollo en un mundo real. Dead dead me ha gustado un poco más, siendo la actual, donde la vida corriente de los adolescentes tiene de fondo una inquietante invasión alienígena.  Ambas muy interesantes.
  5. Relatos de Sabu e Ichi de Shotaro Ishinomori. Más manga clásico, en esta ocasión del rey del manga, con relatos de género negro donde sigue a un agente de policia del Edo de samuráis y un maestro ciego. Historias ingeniosas, algunas páginas memorables, y ese estilo a veces cerca del cartoon, con las influencias de Disney y Tezuka, pero que también recuerda a la escuela francobelga de la misma época.

Más manga, más. I am hero de Kengo Hanazawa sigue manteniendo el nivel de extrañeza y diversión en su invasión zombie. El buen relato independiente de Undercurrent de Tetsuya Todoya. Y las lecciones de gastronomía japonesa de Oishinbo de Tetsu Kariya y Akira Hanasaki. Una nueva dosis del bruto de Shintaro Kago, más comedido y centrado en el humor absurdo en La formidable invasión mongola. Y los fijos, como el Gunm Last Order de Yukito Kishiro, desde los 90 lo vamos leyendo y se aproxima el final (de momento). Y el Billy Bat y Happy de Naoki Urasawa. Y lo que llegue de Jiro Taniguchi, este año su Guardianes del Louvre.

En cuanto a cómic digital puedo repetir simplemente lo que ya mencioné el año pasado. No se pierdan nada de lo que salga en Panel Syndicate, donde el Universo de Albert Monteys es una delicia que mezcla la mejor ciencia ficción y el humor. Y donde Brian K. Vaughan y Marcos Martín empiezan Barrier, una nueva serie interesante, después de petarlo con Private Eye. Tampoco hay que perderse el mejor humor gráfico en el Orgullo y Satisfacción. Hay mucho más cómic digital por la red, pero hay que ir investigando y tengo el tema muy disperso como para dar más detalles.

Además que esto ya se ha hecho muy largo. Seguiremos leyendo tebeos el próximo año y tuiteando sobre ellos. Demasiado viciado para dejarlo de golpe.


PD. Casi se me olvida, muy lejos de ser lo mejor del año, pero con mucho cariño, este año hemos vuelto a colgar un tebeo mal dibujado, ahí está Zizza!, para todos ustedes.

23 diciembre 2015

Y no hay quién lo pare (16 ya)


Ya estamos en estas fechas de nuevo, como de costumbre a toda velocidad...

Como mucho tiempo no tenemos, es lo que tiene el tener dos bichos generadores de entropía y absorbedores de tiempo, este año les he encargado a los calcetines viudos los que les digan

FELICES FIESTAS Y TODO LO MEJOR PARA 2016

Y que para todos las cosas solo puedan ir a mejor, y a disfrutarlo bien rodeados de seres queridos.

De momento nosotros ya estamos bien rodeados de biberones, pañales, dragones, dinosaurios, coches, piratas...

Y el año que viene tiene pintas de ser otro de esos bien entretenidos en todos los aspectos. Pues nada a disfrutar todo lo que sea posible.

Vamos que pacten lo que pacten, que sea todo lo antiliberal que pueda ser.

PD. Para saber más de calcetines viudos, pueden mirar un poco más abajo.

19 diciembre 2015

Medio Rey

Medio Rey de Joe Abercrombie, el primer libro de la trilogía fantástica del Mar Quebrado dirigida a un público juvenil, cosa que no está mal, ya que así uno se ahorra párrafos de violencia o sexo explicito metidas con calzador o grandes descripciones detalladas de la flora y fauna de mundos imaginarios, algo que se suele sufrir muchas veces en el género. Aquí la trama va directa al ajo, es ágil y se lee en un suspiro, quizás no sea muy original teniendo en cuenta el género que es, y el ritmo no sea del todo uniforme, dejando para el final una solución algo acelerada de toda la trama. Pero no se puede negar que la lectura es agradable y entretenida, y te engancha, porque aunque ya sabes a lo que vienes, es el tipo de historia Campbelliana que siempre acaba funcionando. Seguiremos por el siguiente sin duda.

18 diciembre 2015

Cómo funciona la música

Cómo funciona la música de David Byrne es un entretenido ensayo en el que el líder de los Talking Heads da su visión sobre el negocio musical, desde como la música se crea para los espacios donde va a ser tocada, a como se preparan las giras, como funciona el reparto del pastel de los discos, como ha cambiado el tema de la grabación y más temas. En general todo muy bien explicado y bien documentado, aportando su experiencia y mucho sentido común al tema. Y sin necesidad de ser un fan de su música el libro se disfruta y se aprenden cosas.